NIEBLA Y BRUMA

Vamos en la balsa
en camino neblinoso,
como único pasajero silente
Caronte y yo...

La travesía es lenta, cansada
pero punto a favor,
para poner a trabajar lo oscuro
de los recuerdos.

No hay cambio
en el ritmo navegante
de mi único compañero
de viaje...

Es como no existir...
tener una venda en los ojos,
para no distraer el crudo egocentrismo
que nos absorbe.

Todo fortaleza,
todo crasitud,
todo indiferencia,
todo epístola de muerte.

Por fin algo perturba...
se vislumbra la orilla,
sigue el abatir de remos
sin cambio ni matiz.

Logro percibir entre la bruma
caras destempladas,
con un cartel de bienvenida
con mi nombre.

Es el momento de actuar...
sin poder balbucir palabra,
brota como única reacción
un grito desgarrador...

¡Detente, compañero...!

¡Aún no está todo concluido!

Marel Sosa

« Voltar